miércoles, mayo 28, 2008

¡VACACIONES PARA EL BLOG!

He escrito tanto, tanto, que ahora no tengo animos de seguir subiendo. La máquina del blog colapsó, y jamás me ha gustado mucho digitalizar mis textos (nisiquiera la idea de que alguien más lo haga me resulta del todo atractiva) porque lo que declaro un receso para este lugar; al menos hasta que me den ganas de volver a usar mi computador (cosa que no ocurrirá hasta que arregle el wifi, no hay nada más fome que un notebook sin inet inalambrico) o lo ameriten las circunstancias. volveré, eso sí, son sorpresas, no obstante por ahora me quedaré en silencio, para poder tomarme unas merecidas vacaciones. Suerte a todos.

viernes, mayo 16, 2008

Teseo y su barco

El otro día vi como Teseo lloraba desconsoladamente. Me acerqué con cuidado (no me fuera a confundir con un minotauro) y le dije "¿qué te pasa Teseo, terminaste con Ariadna? y me dijo "no, torpe... es mi barco lo que me pone triste". no entendia nada, desde donde estabamos podía ver como su barco estaba reluciente como siempre en el muelle "pero hombre, si tu barco está en el muelle" le dije, y entonces a Teseo le dio una pataleta enorme: "¡no es mi barco, porque han remplazado todas sus partes durante la reparación!"

Un grito

¡Un grito! Un grito único, que disipe las sombras del miedo y raje a la noche como un mantel. Un grito que de paso a la luz, a la alegría. No un aullido, sino un trueno que de una señal a todos los pueblos ¡Empieza el carnaval! De la guerra saldremos siempre victoriosos, algo divino nos hace eternos. Llegan todos en zancos, la muerte se esconde, la gente ríe, bebe, come, se ama. El grito da paso al frenesí, y a todos se les hinca el pecho con alevosía. La piel vieja vuelve a ser tersa, miel chorrea por todos lados. Miradas rápidas nos recuerdan que nada importa, y así, sin palabras, sabemos qué hay que hacer. Todo fluye sincronizado en el gran carnaval, y nada para, girando vertiginoso. Malabaristas hacen juegos con pelotas, las mujeres se sueltan el pelo, se arrojan lejos las armas ¡Nada puede hacernos daño aquí!... muchos caen borrachos, pero todos ríen, nada importa demasiado ¡En el carnaval no hay un mañana! Círculos de fuego salen de la boca de los artistas. Todo para nosotros, para dejarnos llevar y recibir luz. Mañana veremos como solucionar los problemas de mañana, hoy toca ser feliz. No predisponerse y entregarse a la fiesta, a la alegría. Lo importante es bailar juntos, no dar pie al miedo. Hay pisar con fuerza, que amar sea un gesto rotundo, sin restricciones ¿qué importa si no sale bien? Hay que entrar en la fiesta y ya. Entonces recuerdo otra vez el grito, ese grito único, que sale de nuestras gargantas como la prueba más fehaciente de nuestra existencia, de nuestra victoria sobre el llanto y la duda. El carnaval nos envuelve y todo da vueltas rápidamente, sin cesar, la gente habla y cuenta chistes, nos reímos de todo hasta caer el piso, exhaustos, así como después de amar. En el carnaval el deseo es libre, y la fiebre nos inunda hasta la punta de los dedos. Vibramos, como siempre, en una danza animal. ¡Alegría!... que no importe nada, el carnaval es nuestro y dura si nosotros queremos. Hay que elegir la esperanza al miedo, estando juntos ¿qué puede salir mal? La fiesta lentamente alcanzará su clímax, pero recuerda ¡Es infinita! Así que después no pensemos en la decadencia, no tiene cabida entre nosotros si estamos unidos. Por último, cuando ya el ruido llene nuestra fiesta, cuando las luces nos deslumbran y la música guía nuestros pies en un fluir inconciente, cuando estamos anonadados y plenos, callar todo. Con un gesto de mi mano el fuego vuelve a su boca, la música a los instrumentos. En medio de la fiesta, únicos y felices, quiero un segundo para mirarte, un segundo infinito, donde nada puede ser más claro, y donde podamos entender que de nuestra sonrisa y esfuerzo sale lo que nos rodea, y no de la duda o el miedo. Un abrazo, un beso, finalmente una sonrisa. Nada existe además de nosotros. Estamos en medio de todo y nos quedamos juntos solos. Es el gran descubrimiento, la joya más importante del tesoro: estamos juntos, y nos amamos. Teníamos que intentarlo ¡mil veces si fuera necesario! Que yo encaro a la muerte sin vacilación. Y después de escondernos un segundo eterno, después de reconocernos y viajar en el tiempo, vernos del brazo, ser caballos y peones, entender que el mundo es nuestro ¡Volver a la fiesta!

lunes, mayo 12, 2008

Cortela con la tontera.


No me vengan con cuentos:
AQUÍ NADIE ES INOCENTE.

Preguntas con olor a serpiente



Estoy arto de las preguntas hipocritas;
Quiero una única verdad.
Nada de mariconerias de raza débil,
Escondida tras un signo sierpemorfico
Por miedo a que su muerte les enrrostre que no han vivido.



Quejas

El alma no se queja.
Nisiquiera grita la arena divida,
Monotona, al ser barrida por el viento;
Pero el polvo solar sí aulla
Saltarte encima.

La casa de los gemidos


La casa gime abandonada.
En su salón está sentado, entre serpientes y ritos,
El señor de los temores.
Su mano de nadie me ahorca
Como el olor a infierno que me rodea.

Fuego de hogar



Hestiada te repartes
Y no alcanzas así a calmar
Mi avidez dionisiaca.

Amar-re

Eres un abrazo
Con manos de alambre
Y dientes de loba.

Enfermo selectivo

Haz levantar las manchas perdidas,
Verte en cielos suplicantes
Llena de lamentos de tierra dormida.

Rompiste el gemido
En la noche de la entraña.
Sombras difusas tus pezones emigrantes,
Mis manos ondas voraces.

Amenzco cegado de astros;
Nadie ve mi fiebre, solo tú.
¡Cuantas caricias robadas al tiempo
se crucifican en mi frente!

Fósil

Soy un fósil viviente.
Me han dado por muerto miles de veces,
Tantas, que hasta yo desconfiaba de que por mis venas
Corriera sangre y vida.

Tú, pescadora de tormentas,
Me atrapaste en la red que tiras al mar
Agachando la cabeza.

Después de eso, nuestra historia es piedra.
Hay que darle forma, pero conservar su textura meteorica.
Nada es vacío,
las cicatrices son memoria.

Advertencia

Soy un leproso,
Nadie entiende lo que escribo.
No quiero nada, no quiero a nadie.
Solo a ti.

Todos corren de mis verdades obsenas;
No soportan que su realidad sea nada.
Lo cierto es que mi poesía
Más que un insulto a hombres y dioses,
Es un espejo para quien quiera verse en él.
Si no le gusta, vayase al carajo.
Si no quiere contagiarse de la fiebre, de media vuelta y corra.
Todo aquí es bueno y sincero.

Madejas

Volvemos a amar sobre el tiempo enmarañado.
Surjo entre tus brazos
La flor del sexo y la vida subyuga al silencio
De mares profundos y tierra dolorosa.
No muere, contigo,
Ni el amor ni el deseo.

Iterrogatorio al olvido

Estoy rasguñado de un polvo de estrellas delgadas
Sin punto de no retorno
Interrogo al olvido
Como la lección que se aprende
Y se olvida cuando se lleva a la practica.

Semilla única


Una tarde palpitante empuja tu cuerpo y el mío
A un parto de fiebre otoñal.
Frente a ti recortada contra la nada,
Tu figura luminosa deja caer tu vestido
Devorado por el suelo
Yo derramo mis virtudes enceguecidas.

Al final
Una semilla única
Queda esperando en tu orbita,
Como un espejo,
Donde los somos reflejados.
Todos dentro de ti, ellos y nosotros.

viernes, mayo 09, 2008

Así de simple

¿Saben qué más? escribo mal
Y ME ENCANTA QUE ASÍ SEA.

Te escribo.


Desconfío de mi propia poesía,
Porque estoy condenado a escribirla.
Lo que yo pongo en ella es una ruina de estrellas,
Puro teatro;
Soy un ladrón profesional,
Porque de ti robo lo bueno de mi versos.

Te mancho de lenguaje
Para intentar contener parte de tu esencia.
A veces creo que no debería escribirte,
Resulta totalmente inútil si pienso en mis objetivos utópicos,
Debería quizás dejar de mendigarte imágenes hermosas:
Te quiero a ti, como las migajas del pobre,
Como único reducto inexplicable, como un gran y último poema.

Lo que yo escriba jamás si quiera tocará,
Tu figura liviana de banalidades
Y pesada de existencia,
Porque eres lo único realmente inefable:
La oración más llena de fe,
El mejor de todos los poemas
Nunca nacidos para siempre.


Un lugar para ser amado


Tranquila
Si existe un lugar donde amar
Y ser amado:
Es un temblor tibio de frutos para el hambriento,
Cortados por la estrella de silencios en tus manos
Y mi hierro ardiente de invierno.

Entre gemidos, como un amanecer
A través de una luz cálida y polvorosa,
Que se filtra por una ventana desvencijada,
Mi voz alcanza tu ausencia y te acaricia.

Te he buscado en noches estériles
Y a penas me quedo dormido con tus fantasmas,
Entre tintas vivas que te tiñen como un vestido que flamea.

Tranquila
Existe un lugar donde amar
Y ser amado:
Deja que traigan las volutas de mi cigarro,
Sabrás encontrarlo.

Motivo.



Te ves como la tierra dormida
Y en tu rostro pesan los vientos de una soledad acompañada.
Cualquier huiría lejos,
Pero yo veo en tu mirar intacto de inocencias
Como haces brillar nuestro pequeño universo,
Opacando a la ciudad entera.

miércoles, mayo 07, 2008

Tímida confesión erótica (lo nuestro es nuestro)


Tus manos son un trago breve:
Jamás podrás calmar la fiebre de la especie.
Una nueva raza no sería suficiente
¡y como los amaría a todos si estuvieran aquí!

Hasta el más leve suspiro
Es un vapor espeso a sudor hirviendo.
¡Me confieso!¡Soy el traidor del amor celeste!
Me entrego al deseo y extraño tu cuerpo,
El calor abrasante de tu ombligo inundado.

Eres un reloj de arena,
Y en ti guardas congelada toda la sabiduría de la lucha contra la muerte.
Eres un libro hermoso, vivo;
Te cuento secretos
Mientras ojeo las páginas de los hijos.

¡Me confieso!¡Soy yo el traidor del amor sublime!
No puedo contenerme a tu atracción planetaria,
Ni a tus zancos de gacela.

Mi única defensa es que sé que eres igual a mi,
Ya que no amas mi espalda de roble tallada,
Por ser de madera noble
O un desierto luminoso de sol negro;
La amas porque palpita,
Y es carne jadeante como tú.



Adoro tu liviandad


Mariposas revolotean por tus venas.
Se te nota en el suave modular,
Con el que juegan tus colores de niña entre mis suspiros de viejo.

Se te nota, en tus destellos temblorosos de sol
Y tu forma tan liviana
Que eclipsa a mis ojos toda muchedumbre.

Tu pulso zigzaguea y es el remedio,
Para todos mis achaques de camisa triste.
Eres la madre de todas las flores;
Magia inefable de mil formas.

Detrás de tu sonrisa se esconde la felicidad de los pueblos,
Y con tus lágrimas podría hacer mil mares más salados que la muerte.
Si resbalo por tu cuello caería hasta quedar convertido en polvo suspendido,
Y el tiempo se detendría para poder besarte
Donde nace todo tu pelo con olor a tormenta.

Elijo la esperanza al miedo.


No se debe exigir al amor,
El es su propio juez.
No puede quebrarse el amor,
El por si solo revienta como un cristal trizado por el tiempo,
Como el estallido de tu pelo.
Ahora sus fragmentos policromaticos me recorren,
Como una lanza que se deshoja.

Busco tu mirada,
El sonido de tus pasos callados en la mañana,
Las sombras que te delatan cuando estás escondida detrás de una esquina
Y quieres asustarme.
Estoy sediento de tu olor a despreocupación
Y de tu persistente deseo de ser;
Es como si fueras la única verdad del mundo,
La única libertad a la hipocresía.

La suerte me ha sido adversa hace demasiadas lunas,
Pero a veces,
Sólo a veces,
Una leve esperanza me da aliento
Al oír tras tus silencios,
Como se filtra el murmullo tuyo que me llama.
No serás mía hasta que decidas volver,
Y sin embargo ya lo eres.
¡De aquí hasta siempre!

y ninguno era yo.

Lo recuerdo bien.

Iba caminando,
Y de repente me partí.
Me partí en dos pedazos
Y ninguno era yo.

Todas mis palabras
Ahora no eran de nadie,

Pero mi vida es paciente como los esqueletos de nueva guinea,
Además de guardar reveses como los ojos del camaleón,
Se petrifica en voluntad,
Bajo este sol, que no es mi sol.

Mi muerte



Mi muerte es testaruda,
Se empecina en asesinar un cadáver que le grita:
¡No existo!
Me eclipso, viejo,
Entre la muchedumbre de una plaza pública,
Y las palomas me evitan, rechazando mis migajas.
No me reconozco ni en mi propia sombra.
Tranquilo
¿Por qué simplemente no morir?
Basta, tranquilo,
Ya vendrá la amante celosa del sueño.


PD: Soy un optimista empedernido jaja

Victima y juez


Yo te digo Nicole, mi Nicole:
El mundo no es tan grave,
Pero existe la necesidad de sufrir.
La condena más dura somos nosotros mismos.
Nos auto flagelamos creyendo crecer,
Y era cuestión de volver del viaje, así de simple.

Uno siempre se encuentra mejor en el hogar.
Somos ídolos que mezclan ángel y demonio,
Debatiéndonos a qué entregarnos.
Tenemos pesadillas acerca de infiernos terribles,
Pero para calmarnos bastará
Dormir a nuestro nidito de amor
Y empezar a soñar, a vivir.

Híbrido


Soy un híbrido poético,
Una infeliz copia del edén.
Estalla, imbuido en tu pólvora,
Mi fiebre que va por dentro serpenteando,
Y los versos florecen en los campos más adversos,
Cayendo de tus pies a tu cabeza nocturna.
Despedazas como un calidoscopio todos mis planes,
Y sigo mirando por tus ojos,
Donde veo el aleph de la existencia.
Me dejas sin la preocupación por la nada que me trajo,
Ni de la nada que me espera.

Humano


Asumo, de ahí porqué escribí,
Que soy humano,
Y que en mi está lo más sórdido de la existencia.

Bien podría no haber nacido,
Ser un aborto cósmico y caótico;
El mundo se habría librado
De todo cuanto quiero redimir.

Amé, viví. Fui hombre y Dios,
Pero Dios es breve,
Y quince años de virtud ciega y sagrada
No sin significar nada,
Porque eran más vacías que mi alma sin el amor.

Mi origen no es noble,
Y la sangre se degenera con el paso del tiempo.
No obstante ya no me negaré más a mi mismo
Porque mientras más me rechazo siento por mi condición de hombre
Más me pierdo en ella.

Ahora solo fundirse en esa nada infinita e inconciente,
Y en vida,
La búsqueda del sentimiento sincero, a pesar de convertirse en monje.

martes, mayo 06, 2008

Nanobitácora de un viaje inconcluso.



Ese día nocturnas panteras imaginarias,
fantasmas alargados e insulsos,
Invadieron el mundo.

No contentas decidieron ocupar,
A fuerza de dentelladas refulgentes,
Los satélites, y en seguida
Empezaron a matarse entre ellas.

Caen trozos heridos de los astros,
Una soledad poblada se desliza a nuestros corazones.
Cayó sangre manchada con furia de estrellas,
Lloviendo desafíos sobre una luna roja.

Estos días se han plagado de horizontes ladeados.
Mi existencia era coja -y así sigue siendo-
Mientras gritos humanos chorreaban de la tortura
Y de una agonía sin muerte.
Todo era una mancha orgullosa,
Pensar en el fuego universal y arder,
Arder infinitamente para siempre congelado;
Mi miedo fabricaba explosiones planetarias
Y mis brazos se partían clamando piedad
A la pajarera de plata lunar.

Al parecer mis plegarias rinden frutos lentos.
Tenías esa piedad escondida en una noche eclipsada
Y carcomida hasta los huesos sonámbulos por las nubes,
La disfrazabas de humo y manos ajenas para que nadie la viera,
Dejándome ciego
E intentando sacar tus propios ojos,
En lo profundo llorosa y solitaria.

Al fin has descorrido finamente el velo de tu danza,
Y tu cuerpo vuelve a adivinarse luminoso,
Desnudo de cielo.

La palabra.


Albergo una palabra mayor que el universo;
Una palabra que une las dos nadas fuera del tiempo,
Y que está más allá de mi mismo.
La muerte hará que me evapore como el rocío,
Que cae después de la noche y antes del alba.

Hay un vocablo en cada una de mis células vibrantes,
Arraigado como un sauce a mis riveras.
Soy mi propia ausencia,
Frente a esta palabra quebrada,
Y apenas puedo distinguir mi imagen en los pedazos
De ese espejo roto.

Es a esa palabra a la que persigo
La que me hace temblar .
Me tira como un muñequito de trapo
Y me arrastra como la más avara de las olas achampañadas.

Le tengo miedo y respeto,
Porque es una palabra viva,
Llena pero exigente.
Amor, perdona que te nombre,
Porque tu eres dueño de todas las palabras,
Y de ti sale el arte y la poesía.


viernes, mayo 02, 2008

Primer intento serio de micro poesía (o poesía melgamica)


Este es el poema que regala mi querida a los hombres sin sombra por estar persé fundidos en ella sin vuelta atrás en un desenfreno caotico de nostalgia e imaginaciones perdidas.

Idea: Un único verso, algo similar a la corriente de conciencia poetica. Gracias linda.

Desgarramiento.



Nadie podrá jamás arrebatarme la lluvia,
Porque eso sería asesinarme.

Yo soy aquel que baja de las nubes,
Cada uno de esos cristales acuosos y llenos de colores.
Sin mi no hay vida,
Los árboles no se aventurarían a enterrarse en el cielo.

jueves, mayo 01, 2008


Guardas un secreto: me amas más de lo que quisieras.
No te hagas la ofendida,
sabes que esto no es un disparo al aire de mi monstruosa egolatría.

Me amas más de lo que permites,
como para poder estar conmigo sin preocuparte;
Te desvelas queriendo dormir.
Intentas mostrarte cauta y distante,
pero en tus ojos entreveo un impulso animal,
del que soy cazador y presa.
Yo también soy un animal,
más allá de las palabras,
más allá del sueño.

Mi yo en ti.


Aullido. Una mujer, un soplo femenino, se encierra en callejuelas de cemento, rodeada de seres desconocidos, frente a una triste e incógnita noche. Allí quiere quedarse, ahí hay que dejarla.


Otra mujer, un relejo artístico, otro soplo femenino, permanece invisible pero presente a mi lado. Cuelga alegre de mi brazo, mirándome con la mirada noble, inocente y profunda de siempre.

No, no. En ese umbral perdido no existió una separación simple de ser con ser; nos separamos de nuestra criatura más querida, pero también de nuestra parte que el otro quería y que se va con ella. ¿Verdad que anoche tú no te separaste de mi, ni yo de ti? Más bien yo siento que me he separado de mi, y tú de ti mis
ma. Tengo la agobiante sensación de andar entre cuervos y fantasmas alargados, protegido por alguien a quien quiero abrazar y besar, por que cuando lo intento desaparece, escapando y dejándome completamente solo y a medio existir, desgarrado.

Angustiosa y dulces sensación a la vez, la de confiar en ti, la de creerte que te vas para volver luego. ¡además que ira siento contra toda la gentuza innoble, que ganas de echarlos a todos, y de hacerte sitio, un sitio enorme, un reloj detenido solo para ti!

Tengo tus cartas en mi escritorio y tomo cada, examinándola como si yo fuese un apóstol, y tu carta fuera la prueba más tangible de Dios. ¡Qué mentira eso que dicen de que el papel no pesa! Quizás sea un fundamentalista, pero tus cartas me pesan como la más hermosa y grave de las realidades. Estaban entre mis manos como una prueba material de que eras, de que habías existido. Porque ¿sabes?, empecé a dudar… a dudar de todo, de tu realidad, de la mía, de los días recientes y por sobretodo de los días pasados… Solo el peso de tus cartas me sirve de prueba. Vivo, aún, en esos rectángulos de papel. Son para mi, el lugar más cierto del mundo. Antes de leer tenía la vertiginosa sensación de que todo podía salir mal; de que esas hojas pálidas podían estar en blanco o contener garabatos míos, textos hermosos pero insulsos, en total desconocimiento del amor verdadero, porque tú no habrías existido. Las preguntas me atormentaban: “¿Soy? ¿Es? ¿Somos?” y luego las leía con la avidez que un desierto chupa una lluvia rápida regalada por el cielo. ¡Cuantas delicias! Primero el ir aprendiendo a leerte como si fuera la primera vez: tu letra, esos dibujos pequeños en el papel, luego tu estilo. Ir tropezando con cada símbolo ortográfico y descifrar, por fin, las palabras. ¡Tus cartas para mi son todo un modo de vivir!
Son una ventana al carnaval. A veces eran más suaves y nostálgicas, pero no importa, así debía ser; y además, por encima de la nostalgia y la melancolía, existía, de todos modos, un goce sin límites.

¿Es posible? ¿Tendré la suerte de ser re-elegido, para en un momento difícil de tu vida salvarte de algo? No es por egoísmo que quiero seguirte, es por bien tuyo. Tranquila, por ese bien tuyo también me quedo, sin buscarte. Qué paradójico ¿no?

Puedo serte espiritualmente útil y me preparo ¿sabes? Frente a la esplendida tarea prometida, de ayudarte a vivir, de arrancarte los poderes sombríos que te amenazaban. Y eso por ti, no por mi ¿sabes? Tú me hiciste ese favor, ahora déjame que te sirva.

Qué cosa más justa que tú, que ya no muestras entusiasmo ni por la decisión que has tomado, recojas, de vuelto a través de mi, ese entusiasmo por nosotros, entusiasmo que es tuyo, también tuyo. ¡Tú no has nacido ni para escepticismo cínico, ni para la frivolidad de auto engañarse en post de ideas que internamente sabes que luego nos parecerán absurdas! No te rindas nunca a eso. Cree en ti y en la nobleza de nuestras almas entrelazadas. Vive de ellas. No ahora, entiendo… solo quiero que después no tengas temor de quitar a nadie nada, queriéndome. Todo es tuyo.

No, yo no soy ni seré peor para nadie por ti, pero tampoco podré querer ser mejor. Eso es lo único que guardo exclusivamente para ti, y para mi, el ansiar ser mejor.

Tú en mi no serás nada malo, nunca. Nadie me robará el pedazo de ti que se vino conmigo. Incluso él no quiere irse y se esconde en mi piel, aferrado con uñas y dientes, y sin quererlo, haciéndome sentir culpable. No tengas miedo; esa nostalgia, ese amor por ti en mi, y fundamentalmente por ti en ti, me hará ser cada día mejor, y así, mi parte en ti también lo será: solo sé receptiva y valiente para volver, mi yo en ti estará indicándotelo. Núnca sufras por nosotros, eres pura, leal y clara; quizás un poco torpe, pero con esto crecerás, en eso tienes razón. Yo también lo haré. Después nos reíremos de todo esto, y de nosotros vendrá, nuevamente, esa luz alta, que viene de nuestro santuario, de nuestro cielo, y de nuestro nidito de amor, pajarito mío.



Girasol



No puedo plantar mis girasoles por estas fechas;
Su elegante y alegre altura los hace presas demasiado vulnerables
A los vientos invernales
De acero líquido y mármol nebuloso.

Tengo que encontrar
Las flores del invierno
Y resignarme a esperar el tiempo propicio
Para dar vuelta la cabeza
A mi estrella estival.

La dama que florece en el invierno es de naturaleza dura,
Digna de admiración,
Pero carente de cosas inefables;
Su inmovilidad es sencillamente fascinante,
Su fortaleza incomparable
Pero es una flor cuyos pétalos son rígidos a la risa.

Tengo que esperar, junto a las flores de invierno,
El momento propicio

Para voltear mi cabeza,
Y recibirte como el girasol recibe
A su estrella estival.

Vuelo Falso


A veces siento demonios en mi interior, que me incitan a saltar al vacío.
Quieren amarrarte y decirte que eres mía,
Que eres una desconsiderada, que no te entiendo.

Los demonios me sugieren escupirte en la cara,
Pisarte con la bota del olvido, ahogarte en un cigarro húmedo.

¿Cómo pudiste traicionarme de este modo?
¿Cómo es que te abandonaste al egoísmo absoluto?

Pero después recuerdo que te amo, que mis demonios son los egoístas,
Y el pandemonium desaparece,
Quedando solo tu sonrisa revoloteando entre beso y beso,
Como una mariposa desnuda.