Aún no sé en qué bolsillo lo guardaste.
miércoles, enero 10, 2007
El fabricante
Debía construir uno. Busqué en mi patrimonio los elementos idóneos. Encontré un atado de recuerdos ocres, latones de procedencia onírica oxidados por el tiempo y el olvido y conseguí, con un amigo que vivía cerca, un hilo de palabras nuevecito, que brillaban sin uso color plata. Para coserlos usé un par de ideas extraviadas, y así lo fabriqué. Tú le diste un poco de cuerda, y comenzó en tus manos a moverse. Es mi corazón, te dije, y te lo regalé. Entonces le diste mi nombre.
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