Veinte mujeres han sido mis amantes, y podría dar fe de cada una de ellas. Todas esperaron fieles que fuera a buscarlas, en a mi juicio, un cuarto demasiado pequeño. Me encantaba sentirles, a cada una, su olor, y nadie me hacía sentir tan acompañado como ellas. Algunas eran más celosas que otras, estas me quemaban las manos cada vez que pensaba en otra. Todas, sin excepción, morían por mis besos. Envejecían rápidamente.
Todas fueron rubias; cuando avanzaba su edad se teñían coloridas, y cuando terminaba de fumarlas, su pelo era completamente argento.
2 de los sospechosos de siempre:
Siempre tus aluciones al cigarro...
recuerdo haber leído por lo menos 4 cuentos de cigarros? todos distintos, claro.
Todos buenos, Todos mujeres.
Te amo mucho =*
Hey, me habías hablado de este. Me gustó. No me lo imaginaba así. Tengo miedo, me acostumbro a tus analogías.
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