miércoles, mayo 16, 2007

Elegante y Caritativo.

Lo tenía todo, pero no estaba satisfecho. Buena casa, buen sueldo, buen sexo; pero sentía un vacío en el pecho.
Un día compró un reloj. No lo necesitaba realmente, jamás estaba preocupado por el tiempo.
Caminaba con su fino traje y con sus zapatos de cuero exclusivos por la Alameda. Su mano en el bolsillo se percató de que su reloj no andaba. “Le daré cuerda” pensó. Cuando lo sacó, vio a un niño que se acercaba para pedir limosna.
Hasta el día de hoy no sabe que fue lo que pasó, pero después de entregarle el reloj al niño que jamás ha dejado de escuchar ese tic-tac en su interior, justo ahí donde antes sentía ese agujero, ese vacío.

2 de los sospechosos de siempre:

MyM dijo...

¿Podría ser que ese espacio se llene con un acto de crueldad y no de altruismo?

Es kann sein, oder es muss sein?

Anónimo dijo...

Creo que de ahora en adelante siempre me cargará verte con reloj. Antes me parecía raro, ahora no está ni cerca de ser simpático.