
"Shunkmanitu-tanka Lutta (Lobo Rojo)"
Pintura original sobre tablilla entelada
sin enmarcar de 27 x 22 cm.
Es una vieja circunspecta, a menudo peluda y siempre gorda, y, por encima de todo muy arisca, por lo que desea evitar cualquier tipo de compañía. Cacarea como las gallinas, canta como las aves y por regla general emite más sonidos de animales que de humanos.
Se le conoce por distintos nombres: la huesera, la trapera y la loba. Su única tarea consiste en recoger huesos. Recoge y conserva todo lo que corre el riesgo de perderse. Su cueva esta llena de huesos de todas las criaturas del desierto: venados, serpientes de cascabel, cuervos…pero su especialidad son los lobos.
Se arrastra, trepa, y recorre montañas y arroyos en busca de huesos de lobo y, cuando ha juntado un esqueleto entero, cuando el ultimo hueso esta en su sitio y tiene ante sus ojos una hermosa escultura blanca, se sienta junto al fuego pensando que canción le va a cantar.
Cuando ya lo ha decidido se sitúa al lado de la criatura y levanta los brazos, entonando una canción.
Entones los huesos de las costillas y las patas del lobo se cubren de carne y al animal le crece pelo. La loba canta un poco más y la criatura cobra vida y su peluda y fuerte cola se curva hacia arriba.
La loba sigue cantando y la criatura lobuna empieza a respirar. La loba canta con tal intensidad que el suelo del desierto se estremece y, mientras ella canta, el lobo abre sus ojos, pega un brinco y escapa corriendo cañón abajo.
En algún momento de su carrera, debido a la velocidad o el agua del chapoteo, un rayo de sol o un rayo de luna, el lobo se transforma en una mujer que corre libremente hacia el horizonte, riéndose a carcajadas.
Por eso recuerda que si te adentras en el desierto, está a punto de ponerse el sol y quizás te has extraviado un poquito y te sientes cansado, estas de suerte, pues bien podría ser que le cayeras en gracia a la loba y ella ten enseñara una cosa…una cosa del alma.